Toxina Botulínica

Descripción

¿Qué es y para qué sirve el tratamiento?

El Botox es una marca registrada que contiene una forma purificada de la toxina botulínica tipo A. Es una sustancia neurotóxica que, en dosis controladas, se utiliza con fines estéticos y médicos. Su principal acción es bloquear temporalmente las señales nerviosas en los músculos, lo que provoca que los músculos se relajen.

El uso más conocido de la toxina botulínica es en tratamientos estéticos, donde se inyecta en áreas específicas del rostro para reducir la apariencia de arrugas y líneas de expresión, como las del entrecejo, la frente o las patas de gallo. Al inhibir la contracción de los músculos, la toxina botulínica suaviza las arrugas y da un aspecto más joven.

Además de tratar las arrugas existentes, también puede prevenir la formación de nuevas líneas de expresión, y en otros casos, se usa para equilibrar o mejorar la simetría de la cara, esto puede hacer que la apariencia general sea más armoniosa.

Además de su uso estético, el Botox también tiene aplicaciones médicas, como:

•  Alivio de la hiperhidrosis (sudoración excesiva).
• Sonrisa gingival
• Bruxismo

Marca, procedimiento y duración del tratamiento:

Las marcas de toxina botulínica que se usan en este tratamiento son: Botox, fabricada por la compañía farmacéutica Allergan, y Dysport, fabricada por el laboratorio Ipsen.

Es un procedimiento estético, mínimamente invasivo, que se realiza mediante inyecciones de toxina botulínica en los músculos a tratar, generalmente en áreas como frente, entrecejo y zona periocular. No es un tratamiento doloroso y, al igual que otros procedimientos, tiene un tiempo de recuperación muy breve.

La cantidad de unidades será definida en la valoración clínica inicial, según las necesidades de cada paciente; este procedimiento tiene una duración aproximada de 20 a 30 minutos y sus efectos pueden durar entre 3 y 6 meses, dependiendo de cada persona y las zonas tratadas.

Beneficios y resultados del tratamiento:

Los efectos de la toxina botulínica suelen empezar a ser visibles entre 2 y 7 días después del procedimiento, alcanzando su máximo efecto en alrededor de 10 a 14 días. El resultado es una piel más suave y sin arrugas, con un aspecto más descansado y rejuvenecido.

El efecto de la toxina botulínica no es permanente y a medida que el efecto se va desvaneciendo, los músculos recuperan gradualmente su función, lo que provoca que las arrugas y líneas de expresión vuelvan a aparecer. Para mantener los resultados, se deben realizar sesiones de mantenimiento.